Cuenta Vera Mantero sobre la obra
Pensaba en el regreso de Josephine a mediados de agosto de 1995:
"Después de escuchar en la radio un discurso del presidente portugués Mário Soares (no recuerdo si del 25 de abril o el 10 de junio) en el cual se refería al mundo en términos de lo que podríamos llamar levedad de espíritu (que es algo que oímos con mucho placer y que hoy en día, lamentablemente, sorprende escucharlo en boca de un político), asocié ese discurso al de Glenn Gould y sus Variaciones Goldberg (las de la madurez), a Kazuo Ohno y a una expresión que me vino a la cabeza, "grandeza del alma". Mi gran deseo de una victoria del espíritu, es lo que esta asociación creo que revela. Es una cosa que me gustaría encontrar o crear, un amplio espacio donde la riqueza de espíritu pueda ?reinar?. (¿Será la educación masiva la respuesta?) Este espíritu del que hablo no quiere anular el cuerpo, ni tiene ninguna vergüenza de su deseo ni de su sexo, lo que este espíritu quiere es anular la estupidez, la atemorizadora rudeza, la profunda ignorancia, la pobreza de horizontes, el materialismo, etc. etc. (desgraciadamente la lista parece que es extensa...). Sería una nueva dicotomía, no la agotada ?cuerpo-espíritu" (y sinceramente, vacía de sentido), sino la más actual ?torpeza-espíritu? (o quizás ?estupidez-espíritu?). O todas sus posibles variantes (sería bueno decidirme por una...)".
* que dijo él realmente sobre Josephine: "una misteriosa Cosa, ni primitiva ni civilizada, o más allá del tiempo, en el sentido que la emoción está más allá de la aritmética?
- Este espectáculo formó parte del espectáculo: Vera Mantero: tres solos