Cuando insistentemente Chavero me pidió que escriba una descripción sobre su persona quedé paralizado, a decir verdad hay poco y nada que yo pueda decir sobre él. De modo que, antes de comenzar a redactar estas palabras, pasé largos minutos de meditación y reflexión, frente a un blanco y rectangular océano, aparentemente infinito, encantador, inmenso, lleno de oportunidades, cuyo único habitante parecía ser una incansable barra perfecta, pequeña, en comparación con el resto del universo que puebla la pantalla, pero real, móvil, constante, viva. No cabía posibilidad alguna de que esa digital forma cobre conciencia de repente, y como una inteligencia artificial espontáneamente generada comience con mi tarea, sin que yo tenga que darle instrucción alguna. De hecho, en el tiempo transcurrido desde que comenzó la afable ocupación de escribir estas palabras, he confirmado mis sospechas de que no solo es imposible que esta barra cobre vida, sino que también, es inviable contar con cualquier tipo de ayuda de su parte; no conoce adjetivos, no me recomienda sinónimos, no corrige tiempos verbales. Solo ejecuta, con celeridad, todo comando que se le instruye a través del teclado. Si bien, por ahora, es inasequible cualquier tipo de accionar autónomo de su parte, si por alguna razón los inescrutables designios de la providencia dotaran de discernimiento a esta amigable vara titilante, es sumamente probable que desconozca las palabras compuestas por las letras que persiguen su inagotable andar, entre otras razones debido a su origen estadounidense. Es decir, ya que es altamente presumible que esta barra ha sido creada por programadores norteamericanos que, tal vez, no dominan el idioma español con la fluidez suficiente como para inculcárselo a su creación digital. Aunque, de todos modos, si así lo hicieran, esa capacidad de estos trabajadores de la informática de transmitir la comprensión de una lengua foránea a una expresión gráfica en su computadora, sería igual de sorprendente que la aptitud de esta última de comprenderla. En consecuencia, así me encuentro, desde hace un buen rato, solo, desconcertado, y sin ayuda.
Debido a la considerable exigüidad de información respecto de este artista, está de más subrayar su carencia de fama y dinero, consecuencia directa quizás de su evidente falta de notoriedad como actor. Es inevitable destacar su permanente ausencia en los medios de comunicación masivos; y su persistente lejanía de producciones comerciales despampanantes. No obstante, todas estas son consecuencias de su accionar sosegado y cansino en el mundo del teatro porteño. Su tozudez, o terquedad, lo han llevado a encontrar en el arte un fin en sí mismo, a pesar de no ganar un mango con ello. Para Chavero, el arte cuenta de un valor absoluto, como la dignidad humana, según Immanuel Kant, filósofo alemán que sostiene que el hombre es un fin en sí mismo, y no un medio para uso de otros individuos, lo cual lo convertiría en una cosa. O algo así, no sé bien la cita, y tal vez esta no sea una buena referencia. Esto me recuerda algo que sí puedo decirles de Chavero: A veces, tiene la maña de hablar de forma confusa, rebuscada, utilizando adjetivos poco comunes y citando autores de manera innecesaria para mostrar una intelectualidad de la cual carece. Eso en parte lo describe, un mamarracho. Si bien ese es un dato sin mucha importancia para mi cometido, lo importante en este párrafo, querido lector, es lo que redactaré inmediatamente a continuación: A Chavero lo conoce realmente poca gente "del teatro", y menos aún lo admiran como actor. Si bien, son decenas de personas las que pueden confirmar haber compartido con él algún taller de construcción del personaje, un seminario actoral o el montaje de una obra teatral en el circuito de teatro independiente y cooperativo de Buenos Aires, es tan solo un puñado de personas las que pueden atribuirse la deshonra de realmente conocerlo. Sin embargo, desgraciadamente, y a su pesar, de aquellos pocos que lo conocen, son todavía menos los que han pasado a formar parte de su vida, y con quienes aún sigue en contacto.
Les quiero confesar que fue lo primero que hice, ante el vigoroso empecinamiento de Chavero en que sea yo quien me encargue de escribir estos cordiales párrafos. Una vez superado el mal momento de recibir este indeseable designio de su parte, puse manos a la obra, y comencé a pensar en cómo resolver el dilema de escribir sobre algo que realmente no me complace y probablemente tampoco le interese al lector; me pregunté cómo haría para llevar a cabo una tarea tan desagradable, y por la cual no recibiría compensación alguna, de niguún tipo, mucho menos económica, que fue lo primero que pensé como buen capitaista capitalino. Estaba desorientado, perdido, desamparado. De repente, aquí, en el living de mi casa, mientras estaba tumbado en el sofá con mis piernas y brazos extendidos, la boca entreabierta, respirando firme, y de tanto en tanto, resoplando con furor, mientras observaba a través del balcón las oscuras nubes que indican la proximidad de una tormenta; tuve la humildad suficiente de pensar en pedir ayuda, decidí no llevar a cabo esta tarea sólo. De este modo, pasé la última media hora (antes del momento de escribir este esperpento) tratando de contactarme telefónicamente con gente, que pudiera darme algún indicio, que me sirviera para dar comienzo a mi cometido. Así fue que me comuniqué, con los prestigiosos teatros de la Avenida Corrientes, solo para comprobar que por aquellos escenarios, jamás habían oído hablar de un tal Chavero. Por aquel mundo pomposo, luminoso y adinerado del teatro comercial porteño nadie lo ha visto, ni siquiera se ha escuchado hablar de él. Lejos se encuentra nuestro artista de los millonarios contratos que allí se firman, del asecho de los fanáticos, de las luces de las cámaras de televisión, de los flashes, las fiestas, las multitudes, de la inexorable patraña de la apariencia, de la soledad que tienen aquellos que solo encuentran consuelo en la celebridad, o en la adquisición de lujos. Lejos está este hombre de la fama y el reconocimiento; sin embargo, es aparentemente feliz con lo poco que hace, y con lo poco que tiene. Alguna vez, lo escuché decir: "No hay que buscar jamás en el arte un medio para llegar a ningún otro lugar; Arte es, simultáneamente, el medio y el fin. Arte es todo, o no es nada, y punto". Lo curioso para mí, si me preguntan, es que esto lo sostienene alguien que evidentemente carece de cualquier tipo de talento o destreza artística, pero, así estamos.
Continúo, al cabo de unos minutos, desistí de aquella faena telefónica tan improductiva como vergonzante, pero sin antes experimentar un hecho por demás curioso, que no puedo dejar de compartir con ustedes. Ya estaba cansado de las monótonas respuestas de mis insípidos interlocutores, pero insistí; y después de una docena de llamados, descubrí que de aquel vasto universo teatral de “Calle Corrientes”, sólo en un taller de actuación, de un afamado “Maestro de Maestros” supieron reconocer el apellido. La dulce voz femenina, de una adolescente colaboradora del anciano director, una joven ávida de cumplir con todo quehacer que su maestro le solicite, me explicó, amablemente, que la estancia de Chavero en dicho lugar había sido fugaz, ordinaria y sin sobresaltos. Sin embargo, al finalizar el curso, se fue de allí adeudando el último mes. De repente, su mansa voz se transformó en la de una fiera, como un predador que decreta el final del asecho, inició su inquisición, comenzó a preguntarme sobre el paradero del actor, si lo conocía, si lo había visto, si hablaba con él, me pidió sus datos personales y finalmente incluso solicitó conocer los míos. Luego, raudamente, como si no tuviera otra alternativa, intentó cobrarme a mí la deuda contraída por el artista. Le corté.
Tengo la imperiosa obligación, de contarles que en este momento exacto, en este espacio y este tiempo, ha comenzado a llover. Las gotas caen lentamente sobre una docena de plantas que habitan mi balcón, allí, sobre las hojas, se acumulan, se funden y se transforman en nuevas gotas que se deslizan sobre la verde superficie para luego volver a caer, esta vez al suelo, las segundas con menos velocidad que las primeras ahora se deshacen, se desintegran y quizás, ya nunca vuelvan a ser gotas. Estoy en un céntrico departamento porteño, en la zona de Retiro, y es Noviembre; por ende que llueva no es nada llamativo, una instancia climática posible en el marco de una primavera cada vez más parecida a un verano tropical, una de las tantas consecuencias del calentamiento global, y el cambio climático. Les cuento que acabo alzar la vista por primera vez, desde hace varios minutos, para darme cuenta de que mientras observaba la reencarnación de las gotas en las hojas de las plantas, de reojo, estoy viendo cómo se moja una gran cantidad de ropa que se encuentra allí, en ese lugar, al aire libre. Esa indumentaria, está ahí justamente con un propósito contrario a lo que está ocurriendo. Es decir, las prendas están allí para deshacerse de la humedad que contrajeron durante el lavado, realizado por la máquina esta mañana. Esto no es lo planeado. Las gotas desaparecen completamente al hacer contacto con la tela, salpican un poco y, en seguida, se transforman en manchas un poco más oscuras que el color de la superficie que tocan, toman diversas formas, expandiéndose desde el centro, situado en el lugar exacto en que la gota tocó por primera vez la tela. Un espectáculo majestuoso, que más allá de su idílica belleza, conlleva una indeseable consecuencia: Que la ropa vuelva a mojarse. Tengo que salir, rescatarla, ponerla a resguardo de esta inclemencia de la naturaleza; de lo contrario, aquella inapetente tarea de tenderla luego del lavado, habrá sido en vano.
Al volver la vista a lo escrito, me doy cuenta que ha superado ampliamente la extensión que este tipo de texto requiere. De hecho, tengo la seria sospecha de que sea demasiado largo, aburrido, impersonal. Pero así es el destino, quién hubiera pensado esto posible cuando hace unos minutos, estaba paralizado, inmutable, frente al recio y constante aparecer y desaparecer del cursor. Menos mal, que no recibí su ayuda, creo haber hecho una buena tarea por mi cuenta. Aunque, quién sabe, tal vez, este cursor sepa más de Chavero que yo.
Buenos Aires, Noviembre de 2015.
Datos:
Fecha de nacimiento: 16 de Junio de 1984.
Domicilio: San Pablo ###, Salto, Buenos Aires / Ortega y Gasset 1585 3ro E, CABA.
Teléfono: ##########
FORMACIÓN ARTÍSTICA:
2023 Taller de montaje de actuación frente a cámara, a cargo de Sabrina Kirzner, teatro La Mueca, CABA.
2022 Taller de montaje de monólogos, a cargo de Julieta Carrera, teatro La Carpintería, CABA.
2021 Seminario de teatro puro, a cargo del profesor Germán Augusto Appendino. Salto, Pcia. de Bs. As.
2018 Taller de entrenamiento actoral, improvisación en cine, con Marcelo Mosenson. Rojas, Pcia. de Bs. As.
2018 Taller de entrenamiento teatral, Clou Teatro, a cargo de Cesar Larroude. Salto, Pcia. de Bs. As.
2017 Seminario Intensivo de Clown, Casa de la cultura de Salto, con Rosina Fraschina. Salto, Pcia. de Bs. As.
2016 Seminario de Actuacion en Comedia, Escuela de Arte de Cecilia Maresca con Maria Eugenia Heyaca, Ciudad de Buenos Aires.
2015 Seminario de actuación, Estudio de Augusto Fernandes con Augusto Fernandes, Ciudad de Buenos Aires.
2013/14 Actuación, Timbre 4 con Ines Cejas y Manuel Vignau, Ciudad de Buenos Aires.
2013/14 Seminarios de Actuación de Lili Popovich, Ciudad de Buenos Aires.
2010/14 Formación Actoral, Escuela de Arte de Cecilia Maresca con Cecilia Maresca, Gaston Rodriguez y Eduardo Lamoglia, Ciudad de Buenos Aires.
EXPERIENCIA PROFESIONAL:
2024 Tio Iván, dir. Daniel Di Cocco, adaptación de Tio vanya de A. Chejov. Cooperativa de teatro independiente, Salto, Pcia. De Bs. As.
Personaje: Astrov
2023 Marathon, de Ricardo Monti. Dirigido por Marcelo Feo y Federico Ceriotti, Teatro Roma, Salto, Pcia. Bs. As.
Personaje: Héctor Espósito
2023 Memorias detenidas, Instalación teatral performática. Dirigida por Leonel Aguilar, en Club Cultural Sin Uniforme, Salto, Pcia. de Bs. As.
Personaje: Secuestrado
2022 Escenas C.C.C., creación colectiva, varieté. Dirigido por Nicolas Damonte, Cooperativa de teatro independiente, Salto, Pcia. Bs. As.
Personajes: Warnes samurai y un perro.
2022 Memorias detenidas, Instalación teatral performática. Dirigida por Leonel Aguilar, en Club Cultural Sin Uniforme, Salto, Pcia. de Bs. As.
Personaje: Militar
2022 El Pan de la locura, de Carlos Gorostiza. Dirigida por Federico Ceriotti, en escenario no convencional, Salto, Pcia. de Bs. As.
Personaje: Antonio
2021 y 2022 Mísero Bufo, de Luis Saez. Dirigida por Federico Ceriotti, en Cooperativa de Teatro Independiente de Salto. Salto, Pcia. De Bs. As.
Personaje: Mariscal
2020 Actores a la carta. Cortos/Serie web @actoresalacarta. Participación especial en dos capítulos. Dirección: Maria Eugenia Heyaca.
2020 Cupido en casa. Serie web (Youtube). Actuación. Rol protagónico. Dirigida por Rosendo Espejo y Diego raffaelli.
Personaje: Cupido
2019 Patéticos. Monólogos teatrales. Actuación y Co-Dirección. En Gropius, La Bohemia y Trekatum. Salto pcia. de Bs. As. Con participación en Festival de Teatro Latinoamericano en Talca, Región del Maule, Chile.
2019 Picadita Clou. Varieté de escenas teatrales. Dirección: Diego Raffaelli. En Gropius, La Bohemia y Trekatum. Salto, Pcia. De As. As.
2018 Videoclip musical para videocafé @vidcafe. Rol protagónico. Dirección: Rosendo Espejo. Salto, Pcia. De As. As.
2018 Estamos de casorio, Rol de reparto, corto de cine independiente. Dirección: Juan Williams. Salto, Pcia. De As. As.
Personaje: Muchacho
2018 El Asesino, Rol protagónico, Videocip musical. Banda: Pobre de Ustedes. Dirección: Tomàs Williams. Salto, Pcia. De As. As.
2017 Los Pintores, de Dario Fo, dirigidda por Federico Ceriotti, en Sociedad Frencesa. Salto, Pcia. De As. As.
Personaje: Aldo (Pintor)
2016 Los Arboles Mueren de Pie, de A. Casona, dirigida por Mariela Jerez, en Il Teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Mauricio
2016 Las Mujeres Sabias, de J. Moliere, dirigida por Maria Eugenia Heyaca, en Il Teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Clitandro
2016 Sueño de una noche de Verano, de W. Shakespeare, dirigida por Maria Eugenia Heyaca, en Il Teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Demetrio
2016 La Puerta, de Rafael Calomino, dirigida por Rafael Calomino, en Il Teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Inspector Bonaldo
2015 Cucha de almas, de Rafael Spregelburd, dirigida por Armando Saire, en Espacio Urbano. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Alfredo Andonaegui
2015 Una libra de Carne, de Agustín Cuzzani, dirigida por Eduardo Lamoglia, en il teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Abogado defensor
2015 Mucho Ruido y pocas nueces, de William Shakespeare, dirigida por María Eugenia Heyaca, en il teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Don Pedro
2015 Niños en tinieblas, de Hector Alvarez Castillo, dirigida por Mariela Jerez, en Liberarte. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Robin
2014 Panorama desde el puente, de Arthur Miller, dirigida por María Eugenia Heyaca en il teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
Personaje: Rodolfo
2014 a 2016 Miembro del Elenco estable de la Escuela de Arte de Cecilia Maresca, il teatrino. Ciudad de Buenos Aires.
RECONOCIMIENTOS:
2021 Mención especial labor destacada en actuación. Otorgado por CPTI Concejo Provincial de Teatro Independiente, instancia regional. Por “Mariscal” en Mísero Bufo de Luis Sáez dirigida por Federico Ceriotti.
FORMACIÓN ACADÉMICA NO ACTORAL:
Licenciado en Relaciones Internacionales
Universidad del Salvador, CABA, 2013.
- Mísero bufo (Actor)
- Sueño de una noche de verano (Actor)
- Cucha de Almas (Actor)
- Niños en Tinieblas (Actor)
- Una libra de carne (Actor)
- Mucho ruido y pocas nueces (Actor)
- ¿Qué hay que hacer con la manzana podrida? (Asistente de dirección)