Bongiorno es el típico hombre que gana por cansancio. Omnipresente como pocos, llegó a instalar en el ambiente del stand up la duda acerca de si podría llegar a ser Dios, por su capacidad de ubicuidad. Cosa rara porque su estilo es más bien desubicado. O sea, es el único tipo conocido por ser ubicuo y desubicado al mismo tiempo.
Comenzó desde abajo: desde abajo del escenario. Fue público fiel de cómicos infieles. Los grabó con pasión detectivesca. Los estudió. Se dice por ahí que lo movilizaba un estímulo más bien erótico. Después se formó en el taller Max Delupi. Y ahora va por todo. Y todo se escapa.
Su humor es zafado e incorrecto, al límite del escándalo oscurito. Se ríe de cosas que uno tiene a pensar que no dan para la risa. Apela al juego de palabras, a la acumulación de ocurrencias, y promueve un cierto escozor simpático.
- Bella Vista Stand Up Club (Actor)