La Muerte de Marguerite Duras

En uno de los encuentros artísticos más esperados, Pavlovsky vuelve a escena interpretado el texto de su autoría, un monólogo intenso y profundo sobre los recuerdos de un hombre a lo largo de toda su vida. Recuerdos intensos, donde aparecen y desaparecen personajes, fantasías, ilusiones, enhebrados sobre una constante nostalgia por el tiempo pasado. La obra dirigida por Daniel Veronese privilegia la profundidad dramática del texto y la actuación, utilizando un espacio despojado que remite a la infinitud temporal del pasado y del presente; una temporalidad que trasciende lo cotidiano. Pavlovsky y Veronese coinciden en señalar: “Trabajamos a partir de lo que nos genera este encuentro; en esta etapa de nuestras carreras es muy importante vivir la experiencia de elaborar un proyecto juntos. Gran parte de la obra fue enriqueciéndose, mutando y cobrando forma en los ensayos. Partimos sin una idea preconcebida, con apertura para incorporar todo lo que consideramos que apoya a transmitir el espíritu del texto”.