La tecla

Existen pequeños mundos internos que, a veces perturban, presionan. A veces, paralizan. La escritura le abre dos caminos posibles: uno de desenfreno, deseo y placer; otro plagado de timidez, angustias y miedos. La tecla puede ser una esperanza, una máscara transparente que hoy puede permitirle juntar sus emociones y romper la pantalla. Lo simple para algunos puede ser una cola de infierno para otros.

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