Moreno

Relata su muerte y su corta vida como secretario de la Primera Junta de Gobierno de 1810, sus férreas ideas contra el colonialismo Español y hasta se permite dialogar con Liniers sobre la justeza de su fusilamiento; no hay arrepentimiento, el momento por el que atravesaba la revolución lo justificaba. Además, el Plan de Operaciones redactado por Moreno y aprobado por toda la junta no admitía vacilaciones. Un duro de la revolución de Mayo, que junto a la juventud progresista de la época se reunía en el Café de Marco para comentar La Gaceta, periódico de cuyas editoriales el secretario de la Junta delineaba la ideología de la revolución.
Saavedra, que expresaba los intereses conservadores, dialoga con Martín Rodríguez, dejando en claro la rivalidad y el distanciamiento irreconciliable, sobre todo tras el decreto de supresión de honores firmado por Moreno.
Maniobraba Saavedra apoyado por los cuerpos militares adictos, a Moreno solo le respondía el Regimiento La Estrella que dirigía Domingo French. El tema de la incorporación de diputados del interior aislaba a Moreno y ya circulaban contra él amenazas de muerte.
Su renuncia a la Junta y la misión a Londres producen el desenlace.
Guadalupe Cuenca, esposa de Moreno, comprendía y lo alentaba; continuó escribiéndole durante meses sin saber que éste había fallecido a poco de embarcarse.