Aurora, compuesta por Héctor Panizza con libreto de Luigi Illica –el mismo de La Bohème, Tosca, Madama Butterfly y Andrea Chénier– es, además de una gran ópera italiana del romanticismo –de hecho fue estrenada en Buenos Aires en ese idioma– una obra de poderoso simbolismo. Tal como su título anuncia, hay allí una alusión al nacimiento, al comienzo de algo nuevo, imposible de soslayar. Su tema, con el trasfondo de una historia de amor contrariado, cuenta una aurora, la de la independencia americana. Pero, además, fue estrenada en la temporada inaugural del edificio actual del Teatro Colón, en 1908. Director del estreno de Turandot en su versión completada por Alfano, y de Francesca de Rimini, entre muchas obras de comienzos del siglo XX, asistente de Toscanini y autor de otras tres óperas, Ettore Panizza (así se lo conocía en Italia) había nacido en Buenos Aires y su primer maestro fue su padre, un cellista de la orquesta del viejo Colón. Para el libreto de Aurora, Illica contó con la colaboración del argentino Héctor Cipriano Quesada, y la versión en castellano –traducida por Josué Quesada y Ángel Petittaf en 1943– fue estrenada en 1945, durante el gobierno de facto del General Edelmiro Farrell y con la presencia de su vicepresidente, el Coronel Juan Domingo Perón. El aria de tenor del final del segundo acto, en que el protagonista canta a la vez a su amada (Aurora, la hija del jefe realista) y a la “aurora que surge en el cielo de la patria”, fue convertida ese año, por decreto, en canción escolar obligatoria.
- TEATRO COLÓN (2024)