Brazos y abrazos: Los abrazos de la vida y los del tango se parecen. Encontramos en ellos empatía y rechazo, respeto y agresión, sensaciones y sentimientos que nos unen o nos separan. Como en la vida, algunos nos reconfortan. Otros los rechazamos. Nos lastiman. Y nos dan amor. En la búsqueda constante de ese abrazo, en los entretelones de aquello que el público no ve, en lo que no se cuenta, en eso que queda en la intimidad de la profesión misma, encontramos Brazos y Abrazos.
La truncaTango: Los tres personajes intentan una comunicación que se frustra continuamente. Cada uno en su idioma intenta acercamientos a los que el otro no puede responder.
Se plantea un diálogo entre las voces del tango y del folklore atravesadas por la danza contemporánea, tejiendo una trama a partir de una compleja coreografía que siempre deja al descubierto una relación trunca.
Los personajes femeninos se caracterizan por la permanente insistencia en situaciones que operan como eje de la trama. Manipulan, juegan, una de ellas se desarma constantemente, su cuerpo, su vida se descalabra y es sostenida una y otra vez. La otra, desarrolla una kinesis continua, permanente, no da lugar a un abrazo de tango, a un silencio corporal que pueda ser atravesado por el cuerpo del varón. La repetición constante atraviesa la obra y determina no sólo al estado personal sino que interfiere y modifica al personaje masculino que, envuelto en la trama, se ve obligado a participar del juego permanente de ambas intérpretes
- TEATRO PAYRÓ (2022)