La Política

La Política ensaya para el retrato oficial que será el símbolo de su mandato, y que deberá aparecer en todas las portadas de todos los periódicos, de todas las revistas. Para ello se ha vestido a la moda del siglo XVI y de negro español. Aunque ha sido elegida democráticamente, preferiría ser una monarca con poder absoluto otorgado directamente por la mano de Dios. Sueña con la impunidad de sus acciones y con ser venerada incondicionalmente. Pero el pueblo se agolpa ante las puertas de su casa. Le piden explicaciones sobre la guerra, sobre los muertos de la costa, sobre la economía. Ella, encarnación del poder político, no está dispuesta a rendir cuentas, no cree que deba hacerlo, pero debe contener a la masa que amenaza su poder, así que idea un plan: devolverles la fe en la democracia. Pero, ¿qué es la democracia? ¿Votar una vez cada cierto tiempo? ¿Es eso democracia?

Acompañada por su sirvienta, muda y analfabeta, a la que culpa de lo que sucede, pero en la que se ampara cuando las cosas se ponen difíciles, La Política construye los detalles de su plan mientras reflexiona sobre su verdadera naturaleza, sobre sus ansias de poder y sus verdaderas razones. También reflexiona sobre la naturaleza de los votantes, de los que ella es, al fin y al cabo, reflejo.

1 Histórico de funciones