Unipersonal e intransferible

Ana es una mujer que lucha en solitario para que no la expulsen de Chuquicamata, refugio minero inhabitado desde el 2007 al ser declarado zona saturada de material particulado respirable. Allí, rodeada de anhídrido sulfúrico y arsénico, la solitaria habitante protesta, a su vez, por la sobre explotación de los recursos naturales, mientras escucha tronaduras desde su sillón, con un mínimo de agua y el poco de comida que le van dejando los turistas que pasan a visitarla.
Propuesta lúdica, dinámica y con humor, que desarrolla una reflexión de su protagonista que, sin bajarse del sillón, nos comparte sus recuerdos, contradicciones, emociones, el agotamiento de los discursos y la búsqueda de sentido.