Seguimos siendo malones

Desde la llegada del hombre europeo al Abya Yala, cuestiones raciales y de clase se han entrecruzado en un entramado de relaciones de dominación que se continúa hasta nuestro días. La civilización que se construyó aquí, que tomó forma de estado moderno y que hoy llamamos Argentina, todo lo que hoy somos, se hizo sobre las tumbas ancestrales. Se forjó con la sangre de nuestros antepasados, los originarios de estas tierras y los traídos a la fuerza desde el continente africano. Sangre que aún se sigue derramando, en una Argentina pretendidamente blanca y europea, donde los pueblos originarios y sus descendientes, lxs negrxs, lxs mestizxs, lxs pobres, lxs villerxs, lxs piqueterxs, y el pueblo organizado en general, representamos una amenaza que acecha la "Paz Social" que implicaría el silencio de lxs oprimidxs. Existimos. No nos conformamos ante la injusticia histórica. Somos como un fantasma que los persigue y no los deja ser tan prósperos como quisieran, porque "este país está lleno de negros de mierda".