Los integrantes del grupo eran Cecilia Illia, Claudia, Alejandra, Fabiana, Fernando, Horacio, Armus (Mauricio Kurcbard), el Negro (Luis María Brand), Marinho (Marco Sadowski), Rochi (Américo), Batata, Cthulhu (Carlos Bravo), Pato (Patricia).
La investigaciónDesde su creación a fines del ’78, el Grupo de Gallego investigó sobre 3 ejes simultáneamente:
* el lenguaje de los sueños (pautas de lo onírico, procesos del subconsciente).
* el Teatro de la Crueldad (Artaud).
* la teatralidad de algunos acontecimientos que vivimos en la realidad: la ceremonia (todos con uno y uno con el más allá), el rito (cada uno consigo mismo y con el más allá), el juego (unos contra otros), y la fiesta (todos con todos). Juan ya había abordado esto un tiempo antes y fue un tema recurrente en varios montajes del TiT. El teatro tradicional desde hace siglos adquirió la forma ceremonial, donde "todos" se relacionan en forma pasiva con "unos" (los artistas) y éstos con "el más allá" (el texto teatral, o el arte en general), así como en una ceremonia religiosa todos se relacionan con el monje y éste con Dios. O sea que "todos" se relacionan con el arte indirectamente, solo a través de los artistas, quienes por lo tanto adquieren un rol sacerdotal. Una forma de romper la ceremonia es incorporando el rito, el juego y al final la fiesta: "todos con todos".
Se crearon decenas de bloques con pautas resultantes de la investigación. La idea central (interna al grupo, no explícita para el público): los actores eran criaturas que convivían y trabajaban en un lugar llamado "La Oficina Central de Sueños", y su tarea era procesar, ensamblar y despachar los sueños hacia el soñante. No conocían el exterior.
La partitura decía: "La idea general es plantear la necesidad de un nuevo lenguaje teatral; los actores saben lo que tienen que hacer porque tienen códigos, por ejemplo: ningún actor puede estar sin hacer nada, todos deben hacer algo en forma permanente. Hay situaciones que solo pueden ser desarrolladas por mujeres, en especial las situaciones que tienen historia y final; deben ser transgresoras. Los hombres en cambio deben contar historias de situaciones límites y sin saber hacia dónde se dirigen".
- ESPACIO LIBRE DE SAN TELMO (1979)