Olivia es hija única. Enojada porque sus padres se nieguen a darle una hermanita, decide irse de su casa. Carga consigo una maleta y su vieja pepona a quien siempre ha querido como a una “hermanita de verdad” pero que ya no le alcanza para compensar ese vacío que de pronto le ha ganado el alma.
Cansada de caminar por toda la ciudad llega a una pequeña plaza y se va quedando dormida en un banco mientras lamenta que no exista un hada mágica que convierta a su Pepona en una niña de verdad.
A la misma plaza llega Pepa, una niña “de la calle”, que ha oído la sirena de la policía y cree que la buscan por haberse robado comida de un restaurante. Rápidamente decide camuflarse con las prendas de la pepona, que yace al pie del banco donde duerme Olivia.
Cuando Olivia despierta y ve a Pepa vestida como su Pepona, cree que se ha producido el milagro y que su deseo se ha cumplido.
Pepa, encantada por el mundo de Olivia que incluye golosinas, papas fritas y canciones con guitarra, deja que la confusión se instale. Olivia cautivada por Pepa, que inventa los más divertidos juegos callejeros con “lo que se tiene a mano”, se olvidará de su casa y de su mundo. A partir de una serie de equívocos y situaciones ambas irán descubriéndose mutuamente. Se pondrán en juego dos mundos, dos realidades siempre en tensión y siempre conmovedoras.