El poeta William BLake, extasiado por sus lecturas del místico Swedenborg nórdico, comprende que a través de las horas del mundo las posibilidades de salvarse son frágiles. Las sendas son arduas, y las empresas que el mundo suscita, banales o tristes. Blake decide: hay que ser artista. Van Gogh sabía esto, y sufrió en la carne las rasgadas vestiduras del arte. Lo que no pudo nunca fue decirlo.
Los sistemas de símbolos de cada lenguaje, no siempre concuerdan con las capacidades lectoras de la época. Y el arte siempre es un lenguaje nuevo.
Para lograr llegar a su hermano Theo, Van Gogh tuvo que entrar en la muerte (y claro, dejar furiosas manchas en el camino). Las cosas desde luego, no son concientemente orquestadas. Fue preciso el cuerpo muerto de Van Gogh par que Theo leyera el símbolo que daría la dirección a su vida.
Miguel de Unamuno dice que la diferencia entre el sueño y la realidad es una cuestión de democracia: con dos que crean ya tenemos una realidad; pero la soledad es siempre el delirio.
Haya todavía una utopía triste. Llegar al otro es una plegaria que hundidos en la soledad gritamos de mil maneras. Quisiéramos lograr una palabra, una gesto que llegara a unánime. Quisiéramos ser comprendidos y comprender. Theo llega tarde, ve irse a su hermano y en la memoria de su agonía cree descifrar la manera en que ambos hubieran podido entenderse. La manera en que ambos hubieran podido ingresar en el sueño. Sin embargo a quedado solo (para cuidar la casa, para cerrar la puerta y bajar el telón). Ha quedado solo con el delirio de su hermano. aUn sueño que ya no puede compartir, que ha quedado paria, inconcluso. Solo en el delirio decide: entonces lo que resta es concluirlo. Theo emprende así la triste y amarga tarea de terminar el sueño de Van Gogh.
En el camino habrá de dar su cuerpo, pero el precio es vago. De lo que ha a trastornado ese sueño tal vez pueda brotar alguna luz. La única verdad que podemos dar es que nuestro sueño ilumine el monótono grisáceo de los falsamente dormidos. Pero siempre será una herida la que se abre, siempre habrá castigo para el corra los velos que median la vida. En fin, la soledad.
Los sistemas de símbolos de cada lenguaje, no siempre concuerdan con las capacidades lectoras de la época. Y el arte siempre es un lenguaje nuevo.
Para lograr llegar a su hermano Theo, Van Gogh tuvo que entrar en la muerte (y claro, dejar furiosas manchas en el camino). Las cosas desde luego, no son concientemente orquestadas. Fue preciso el cuerpo muerto de Van Gogh par que Theo leyera el símbolo que daría la dirección a su vida.
Miguel de Unamuno dice que la diferencia entre el sueño y la realidad es una cuestión de democracia: con dos que crean ya tenemos una realidad; pero la soledad es siempre el delirio.
Haya todavía una utopía triste. Llegar al otro es una plegaria que hundidos en la soledad gritamos de mil maneras. Quisiéramos lograr una palabra, una gesto que llegara a unánime. Quisiéramos ser comprendidos y comprender. Theo llega tarde, ve irse a su hermano y en la memoria de su agonía cree descifrar la manera en que ambos hubieran podido entenderse. La manera en que ambos hubieran podido ingresar en el sueño. Sin embargo a quedado solo (para cuidar la casa, para cerrar la puerta y bajar el telón). Ha quedado solo con el delirio de su hermano. aUn sueño que ya no puede compartir, que ha quedado paria, inconcluso. Solo en el delirio decide: entonces lo que resta es concluirlo. Theo emprende así la triste y amarga tarea de terminar el sueño de Van Gogh.
En el camino habrá de dar su cuerpo, pero el precio es vago. De lo que ha a trastornado ese sueño tal vez pueda brotar alguna luz. La única verdad que podemos dar es que nuestro sueño ilumine el monótono grisáceo de los falsamente dormidos. Pero siempre será una herida la que se abre, siempre habrá castigo para el corra los velos que median la vida. En fin, la soledad.
Ficha técnico artística
- Autoría:
- Carlos Rey
- Actúan:
- Sergio Agûero, Drian Höus, Natalia Macias, César Rojas, Jimena Vilacoba
- Vestuario:
- Verónica Barraza
- Iluminación:
- Matias Servido
- Maquillaje:
- Verónica Barraza
- Diseño de luces:
- Abel Fumagalli
- Realización de escenografia:
- Verónica Barraza
- Sonido:
- Matias Servido
- Efectos especiales:
- Ezequiel Arauz
- Dirección:
- Carlos Rey
Clasificaciones: Teatro
3 Opiniones del público
1 Histórico de funciones
- ANTESALA (2005)