Monitoamor

Daniel toma el colectivo todas las mañanas en una esquina. Desde la parada se ve una ventana tras la cual una hermosa mujer se asoma cada vez. Daniel se ha enamorado de ella. Solito de nacimiento, se debate entre el deseo incalculable de subir a tocar su puerta y el miedo abismal de ser rechazado. Con el sólo aliento de su propia imaginación pondrá en marcha, si se anima, la empresa más trascendental de su vida entera: hacer el intento.