Los Cosos

El mundo esta lleno de cosos.
Cosos por aquí, cosos por allá.
Cosos por todos lados.

Veo por la ventana, como una medialuna, me pongo los zapatos y veo cosos. En la selva, en la ciudad veo cosos, en un encuentro en una terraza, en un edificio; entre Sofía y Roberto (su amor helecho), veo cosos también.

En el universo todo tiene un lugar y un instante, y en cada instante una pregunta:

¿Cuándo nacería un helecho exactamente?

Todo nace todo el tiempo. Durante la mañana cuando despertamos, mientras desayunamos y cuando decimos nuestro -primer primerísimo- buen día día. Cuando nos besamos y enamoramos, y cuando nos morimos y nacemos, una y otra vez.

La vida es una lucha constante contra el instinto inherente de muerte. Y aparece el lenguaje y nos comunicamos. Primero con gestos y luego con palabras, para luego darnos cuenta de que las cosas importantes -no se dicen-.

En alguno de esos instantes, ojalá nos demos cuenta de que “el arte es aquello que hace que la vida sea más interesante que el arte” . Que el amor es amar, que todo rima, que siempre es distinto cuando se mira con el ojo corrido y que al final somos todos cosos.

Nicolás Lodigiani

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