Hanamachi, casi un policial japonés

Una cultura que considera a una mujer como un objeto, pasible de ser maltratada por la fuerza, degradada, utilizada y comercializada. Para esto deben amputarla de su condición de persona, borrando su historia, degradando su autoestima, alejándola de sus afectos y eliminando toda esperanza en el futuro. Quebrando su identidad rebajando a una mujer a la condición de mercancía. Enajenándola hasta que la misma sienta que ese es su destino.

Las mujeres son prostituidas a la fuerza siempre, por sus captores en algunos casos y en otros por la desesperación que genera un sistema perverso que provoca miseria, miedo, ignorancia y opresión.

Sinopsis de la obra

Una mujer es asesinada. Clínicamente está muerta, su cuerpo sin vida yace en el piso. Sin embargo, en los últimos segundos, su cerebro puede registrar algunos estímulos del entorno: Los policías que llegan, la música del cabaret, la voz de su amiga, el sonido del teléfono. Con estos fragmentos de la realidad, se construye un relato que transita lo onírico.

Son sueños extraños y dolorosos donde podemos entrever el solitario camino del alma.

Estética

Abrevando en los preceptos de Antonin Artaud y su teatro de la crueldad, inspirados en la estética del cineasta David Lynch, la pieza teatral recorre un laberinto de poderosas imágenes, a veces desgarradoras y otras conmovedoras, buscando encontrar “poesía en el espacio” una poesía cruel que nos lleva a ver la realidad desde ángulos inesperados. De esta manera lo racional se hace a un lado, el corazón palpita mas fuerte y la obra se impregna en el cuerpo de forma que el espectador se va con la sensación de haber tenido un sueño – pesadilla, que lo hará sentir y reflexionar profundamente, sobre estos temas