La obra parte de un tema de gran actualidad – los recortes sociales – para
plantear un escenario radical en el que tres funcionarios se dedican a organizar
en distintos listados a los artistas de la nación con un misterioso objetivo.
Vitalicios invita, a través de la ironía y la sátira mordaz, a una reflexión
sobre donde trazar la tenue línea roja que separa el Estado del Mercado del Bien Estar.
Dice Sanchis Sinisterra: “Más abajo aún del cuarto subsuelo, en una sórdida
dependencia (la de Asuntos Sub-legales) de una quizás pronto probable
Vicepresidencia Cuarta (la de Recortes Sociales), tres apurados funcionarios
cumplen rutinariamente una enigmática tarea: la de asignar, a los nombres
que figuran en cierta larga lista de personalidades artísticas, un enigmático
destino: SÍ / NO / INTERROGANTE. (…) ¿De qué tarea se trata? ¿Cuál va a
ser el destino de los artistas a quienes les corresponde el SÍ? A juzgar por las
reticencias de alguno de los tres personajes, la cosa que está en juego es más bien macabra".