(postales desde la esquizofrenia)
Es un monólogo teatral que se sumerge en la singular patología de la esquizofrenia, pero con la intención de particularizarla sin hablar de ella de manera docta y genérica. En cuatro escenas -o cuadros- se desarrolla todo el drama personal del Zurdo, donde lo pasado y lo inmediatos se entretejen en un estado de constante resignificación, y en la que se va desgranando parte de su realidad cotidiana dentro del neuropsiquiátrico junto a las diversas temáticas que lo atraviesan: la imposibilidad del amor (con una enfermera y con una interna), la violencia siempre latente en él y que de algún modo lo condena a una celda de castigo, su pasado como actor, un público (el mismo de la sala) que siempre se le "aparece" como un aditamento de su trastorno, el gran drama de la pérdida de los vínculos primarios, su adolescencia de joven promesa futbolística, las palomas como presencia irritante real, un supuesto hermano mellizo -siempre presente en el relato- que es el culpable, según el Zurdo, de casi todas las cosas que le suceden. Si bien los temas que se tocan no son nada liviano, la obra busca acercarse a ellos sin renunciar al humor, la ternura, la ironía, sin desatender la inmensa vitalidad que este tipo de personaje propone, atendiendo de no incurrir en el fácil estereotipo del "loco". En ningún momento se busca dar con una definición acerca de la esquizofrenia, ni atacar ningún sistema de salud mental, si no desmenuzar y transitar las desavenencias emocionales de una persona que padece esta enfermedad y escenificar hasta qué punto una persona puede llegar a una reclusión, a la pérdida total de la libertad (ya que pone en riesgo a los otros). En definitiva, todo se cierra con la paradoja de que aquello que padece es lo único que tiene.
Espectáculo recientemente nominado para los Estrella de Mar 2014 (Mejor Espectáulo Off y Mejor Actuación protagónica masculina de drama
Clasificaciones: Teatro, Unipersonales
- EL CALDERO TEATRO ESTUDIO (2015)
- LIBERART ESPACIO CULTURAL (2014)