Ocho cuarenta

JUAN y LUIS tienen un negocio en común. Ambos viven de un quiosco-prostíbulo. JUAN atiende el quiosco y está muy entusiasmado con su nuevo curso de electricidad. Luis viene de una separación y sobrelleva su soledad acostándose con todas las prostitutas que puede, incluso con MELANY, la madama del lugar e ideóloga del proyecto quiosco-prostíbulo. Hasta que un día ocurre lo inesperado; el quiosco-prostíbulo entra en crisis por razones económicas. La desafortunada situación lleva a ambos a comportamientos inadecuados. JUAN decide rescatar de la calle a CARLOS, un joven indigente víctima de un desalojo callejero. CARLOS se da cuenta que no le queda alternativa: sus padres están desaparecidos, trabaja como limpiavidrios, tiene hambre y sobre todo sed. Cuando LUIS vuelve de ver a MELANY para comunicarle a JUAN que una nueva chica adolescente está en camino, se topa con el joven y sucede algo que desmorona todas las expectativas posibles, algo que va a producir un cambio existencial en todos. LUIS fuerza al joven a vestirse de mujer y a hacerlo trabajar como prostituta cueste lo que cueste, pase lo que pase.

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