Una habitación, cuatro personajes. La soberbia, el reconocerse cada uno como único e imprescindible, los llevó a la muerte eterna, muerte que se expresa en la absorción en la mirada de los otros. A puerta cerrada explota el concepto de la influencia de las miradas ajenas en la psique personal. Se parte de la idea de que la mirada del otro es aquello que desnuda y a partir de ésta el individuo es juzgado, condenado. Es una crítica a la sociedad actual, preocupada por el "qué dirán", por el prejuicio. Hay miedo a mostrarse, la salida entonces es un mundo de apariencias. Ocultando el ser, se expresa el aparecer vacío de sentido. El horror al vacío impone una máscara, es el infierno de pretender ser lo que los otros esperan que yo sea.
Entrada Libre con invitación. Retirar en Sala Zitarrosa a partir del mismo sábado a las 15 horas