Jack Dogo habita el desolado mundo de los policiales negros. Un mundo como este, pero un poco peor.
Sobrevive a duras penas, con su fiel secretaria Elsa, limpiando la basura de la sociedad, robando comida de las tiendas y los hospitales. Es un fracasado. Y lo sabe. Pero ¿qué otra cosa podría hacer?
Una tarde, Ingrid Lucero lo contrata: debe recuperar unas fotos que la comprometen. Ella es bella y peligrosa como una serpiente sedienta de sangre. Pero detrás de la luz que irradia su belleza, se oculta la oscura mirada del congresista Freddy Macro.
Estos son los seres que habitan ese mundo. Un mundo de ensueño en el que los matones gobiernan ciudades. Un mundo de hombres derrotados y perros que acechan en la noche. Un mundo de sombras apenas surcadas por los destellos de luz azul que nos recuerdan que allí, en la gélida noche, hay alguien que nos vigila. Un mundo como este, pero un poco peor.