Pablo Iglesias es dramaturgo, director, actor y licenciado en medios audiovisuales. Trabaja al frente del grupo Cajas Chinas con el cual ha dado un paso importante: el estreno de su última obra “Punto Muerto" en un teatro y en simultáneo por Internet. Esta experiencia brinda, por primera vez, la posibilidad de que un espectáculo teatral local pueda ser visto en simultáneo desde cualquier lugar del mundo con acceso a la red.
¿Cuál fué tu punto de partida para tu nuevo espectáculo "Punto Muerto"?
- El texto de "Punto Muerto" se gestó en el taller de la EMAD buscando como objetivo concretizar una obra corta de dos personajes que cuente una historia con todas sus claves, después de un año de reescritura lo mostré a dos actores del grupo y el germen picó enseguida.
¿Cómo surgió la idea de realizar una transmisión en vivo de tu espectáculo por Internet?
- Se gestó paralelamente con los ensayos, trabajo con tecnología desde hace varios años, sentí la necesidad de poner algunas herramientas al servicio del teatro y ver que pasaba.
Los avances tecnológicos actuales han llegado a un desarrollo que comienzan a hacer factible la transmisión de audio y video en vivo por la red a niveles de calidad respetables. Podemos citar como referentes cercanos el Festival Quilmes Rock que acaba de realizarse (transmitido en vivo por Fibertel) y a la incursión de www.television.com.ar con la emisión de un programa de TV en vivo desde su sitio. Incluso el mismo Pablo Iglesias tiene su propio programa de radio sobre teatro (Arte al hilo) que se puede escuchar todos los viernes a las 15:30 hs... ¿Dónde? La respuesta parece casi obvia.
¿Cómo fué la implementación técnica de la transmisión?
- No cualquiera maneja la tecnología, por consiguiente no está al alcance de cualquier persona en su resolución técnica. Económicamente digamos que para el teatro oficial y más para el comercial es una risa en términos de dinero, para el off es una tragedia si no está subsidiado o si no tiene una empresa que lo avale como en este caso, Aldea Global. S.A.
Colocamos una antena de microondas en un edificio cercano al teatro y la rebotamos contra el edificio Alas, donde está el radio que hace espejo y así transmitimos en calidad broadcasting.
Si bien no lo es, dicho de boca de nuestro interlocutor suena cotidiano (aunque con términos ajenos al ambiente teatral). Lo cierto es que con esta experiencia otros rubros técnicos se incorporan a un hecho teatral y hacen posible algo hasta hoy en dia impensado: que nuestro espectáculo teatral sea visto al mismo tiempo casi en cualquier parte del mundo.
¿Qué repercusiones tuvo la transmisión?
- Increíbles, de Colombia nos escribieron diciendo que estaban conmovidos con la experiencia, en Catamarca sacaron una nota en el diario local, de Capilla del Señor quedaron encantados porque a ellos le resulta costoso y "peligroso" viajar de noche a la Capital, en Ushuaia hubieron 40 personas viendo la obra y en El Calafate estaban el noticiero, las autoridades y todos los estudiantes de teatro de la zona. Estas anécdotas entre muchas otras. Todos quedaron muy excitados con la experiencia y ávidos de más.
Saber que el espectáculo iba a ser transmitido ¿Condicionó tu trabajo?
- No me condicionó para nada, solo tuve que estar más atento a más detalles nada más. En esta ocasión el espectáculo es independiente de por sí, la tecnología es una herramienta más, como la luz, el sonido o un elemento escénico.
A esta altura ya es lógico que se abra el debate. Si el teatro se autodefine por su condición de hecho vivo y la convivencia física de todos los participantes ¿qué es lo que estamos viendo en este caso?.
¿Sigue siendo teatro lo que ven las personas de tu espectáculo por Internet?
- La gente del interior y del exterior me escribió diciendo "me gustó" o "no me gustó" la obra. Nadie habló de película, de programa ni de híbrido... igual el debate teórico queda abierto ya que al teatro le hace bien que lo pongan en crisis dada su condición única de inmortal.
¿Cuál creés que es el aporte del factor tecnológico en este espectáculo en particular?
- En este caso es un servicio para la gente que no tiene un alcance directo a un hecho escénico puntual y más considerando que la mayor concentración de toda oferta se da desde la Capital Federal.
¿Cómo ha tomado la opinión pública o tu entorno esta idea de transmitir teatro en vivo por Internet? ¿Te topaste con prejuicios en este sentido?
- Si, prejuicios pero también alientos y adhesiones.
Siento que ese pequeño sector de gente con interés en la innovación tecnológica respecto al arte formamos sin ser demasiado conscientes un pequeño grupo de primitivos de una nueva era, los prejuicios francamente me importan muy poco, los dejo correr, la opinión pública hasta ahora lo tomó como una excentricidad, hasta con cierto escepticismo te diría. Supongo que cuando aparezca el segundo se acordarán del primero.
Tal vez en un sentido profundo lo que se está poniendo en crisis no es el teatro en sí mismo. En épocas de socialización masiva de Internet, en épocas en las que es posible que dos personas en lugares opuestos del mundo conectadas por un teclado y una pantalla logren emocionarse y sentirse "cerca" estando distantes... tal vez lo que se pone en crisis no es el teatro si no nuestra percepción. Nuestra percepción de la ¿realidad? Tal vez en el fondo todo sea una cuestión de interface...
¿Cuál crees que es el aporte de estas nuevas herramientas al teatro? ¿Cuál crees que es la proyección futura de esta nueva tendencia?
- Actualizarse que es lo que más le cuesta a esta disciplina. Me cuesta pensar en proyección estando en el ojo de la cosa, supongo que abrirá más planos con todo lo favorable y desfavorable que eso arrastra.
¿Tenés planeado seguir experimentando por la zona tecnológica?
- Quiero incursionar en el arte digital y en la combinación entre el hecho en vivo, la simultaneidad y la interacción delimitada por la distancia.
El debate está abierto y el primer paso ya ha dejado una huella. Como todo hecho nuevo no existen parámetros para medirlo ni clasificarlo. Quizás nos estemos enfrentando a un verdadero punto muerto. Algunos abandonarán la carrera en este punto y otros irán en busca de un segundo aliento.
