Desde el primer momento en que nos encontramos con la obra de Lucía Berlín quedamos atrapadas por la potencia de su voz, la agudeza de su mirada y la sensibilidad con la que narra. En sus cuentos podemos encontrar personajes tan vivos que es dificil no querer verlos, no desear llevarlos a escenas.
Así es que estas dos obras inspiradas en su universo hacen el intento de volver escénicos esos mundos tan particulares. Asumiendo el desafío que ese traspaso entre literatura y teatro conlleva.