Me voy, me voy es el tercer trabajo bajo la dirección y autoría de Javier Dubra que se presenta todos los jueves en Elefante, Club de Teatro del barrio de Palermo.
A Mario, oficial de la policía, se le ocurrió llevar a su casa a Omar, un formoseño que está incursionando como trompetista en la banda de la policía. Los recibe Patricia, su seductora segunda mujer, (mucho más joven, claro, que la de su anterior matrimonio) con una mini pancita de su reciente embarazo. Mario tiene de su primer matrimonio un hijo adolescente, Agustín, que vive con ellos y está embelezado por las artes y oficios que le proporciona la escuela técnica donde estudia. Su última incursión es en la herrería. También vive con ellos Rosalía, la hermana menor de Patricia, que no estudia, sino que trabaja paseando perros. La familia de Mario no está dispuesta a ser fiel anfitriona del invitado, o más bien sí, pero a su modo: desafiante, histriónico, incómodo para con el provinciano.
Me voy, me voy es una comedia de familia, de enredos con el trasfondo de dos canas impresentables. El leitmotiv es la existencia de los diferentes vínculos que se generan entre los personajes de esta historia. Encuentros y desencuentros amorosos, la vieja disputa de el que viene del interior y el porteño creído, los celos bien adolescentes, el tabú incestuoso preconcebido aun entre familiares sin lazo sanguíneo pero sí político, falta de escucha y comunicación y un borramiento de los roles en esta familia. ¿Quiénes son los adultos y quienes los jóvenes? Estos puntos narrativos son los que se convierten en tensión actoral, por acumulación, a cada escena y hacen de esta obra una comedia divertida sin grandes pretensiones al fin, pero en su sencillez encuentra su sabiduría.
En este espacio de PH de clase media baja, cargado de objetos, cachivaches de hogar, se desenvuelve la trama dividida en dos partes: antes de partir a la fiesta del año de los policías y después de ésta, con la conclusión en el festejo de cumpleaños de Rosalía, quien propicia el "me voy, me voy" que titula esta obra. Con una buena resolución espacial para los diferentes lugares de la casa y del fuera de escena, el director, actor y dramaturgo, Javier Dubra, formado con Ricardo Bartis y Bernardo Cappa, toma lo mejor de sus maestros. Una escena potente, atractiva y un devenir de la actuación sólida desde la escena. El gran hallazgo es lograr que, cuando todo parece irse al desborde sin retorno, el director encuentra la manera de traerlo y resolverlo en un final conclusivo pero no concluyente. Cuando los hijos adolescentes dicen "me voy", no queda otra que soltar.
Este trabajo no sería tan desopilante para el espectador si no fuera por el homogéneo elenco que se mueve con comodidad en los personajes creados. Cecilia Rainero, Noelia Prieto, Luis Contreras, Christian Garcia y Diego Benedetto se mueven con soltura en cada escena mostrando su vitalidad teatral.