Sueño de una noche de verano

Tres espacios confluyen en esta propuesta teatral: El real, con el privilegio paterno de disponer de los sentimientos de la hija; el imaginario, con seres de un bosque encantado, que con sus querellas y diversiones modifican las relaciones humanas; y el de los sueños, donde la imaginación produce algo más que imágenes de la fantasía. "Teseo: Imaginar de ellos, lo que ellos de sí mismos imaginan. ¿Eso es teatro?"

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