A y B son dos personajes del imaginario de un dramaturgo que aún no tienen el privilegio de
poseer un nombre propio. Pareciera que ellos solo tienen "vida" cuando el escritor vuelca su
creatividad sobre los renglones de una hoja. Contrariamente a lo que se piensa, ellos son
"casi" humanos y tienen sueños como cualquier mortal, con la salvedad que su libertad
depende de una sola persona, el autor.
RESUMEN: A y B se encuentran atrapados en una hoja de un dramaturgo en algún lugar del
mundo. Entre ellos existe un margen que les impide verse, pero no escucharse. La vida de
ellos transcurre entre esperanzas, alegrías y frustraciones, pero siempre mediando la
religiosidad con el autor, al menos para uno de ellos. ¿Hasta qué punto la religión puede
impedirnos soñar?