La convicción de Irma Grese

Irma Grese.


Fue una de las principales criminales de guerra en el Juicio de Bergen-Belsen, realizado entre septiembre y diciembre de 1945. Las supervivientes de los campos que testimoniaron la acusaron de asesinatos y torturas. Siempre usando pesadas botas, látigo y pistola, entre otros elementos, Irma Grese era conocida por dejar que perros se lanzaran encima de las presas para devorarlas, asesinar a internas a tiros a sangre fría, torturas a niños, abusos sexuales y palizas sádicas con látigos trenzados hasta provocar la muerte de las víctimas. Además, Olga Lengyel declaró que Irma Grese mantuvo relaciones con los Hauptsturmführers de las SS, tanto hombres como mujeres, como Josef Mengele y Josef Kramer.

Aunque Irma Grese renegó de los asesinatos y manifestó que conocía el destino de las prisioneras sólo por boca de ellas mismas, nunca renegó de su ideario nazi y cantaba himnos de las SS en la celda.

En el Juicio de Bergen-Belsen fue condenada a la horca a los 22 años -la más joven condenada a muerte por leyes británicas en el siglo XX-, siendo ejecutada en la prisión de Hamelín (Alemania) el 13 de diciembre de 1945. Sus últimas palabras a su verdugo Albert Pierrepoint, fueron: "Schnell!" (¡Rápido!). Al parecer después de su ejecución, su cuerpo fue mutilado e incinerado para que después las cenizas fueran arrojadas a un río de desagüe.