La Ponedora, el último milagro

Ante la alarmante pérdida de fieles y el avance de las nuevas iglesias, la parroquia "Nuestra Señora de la Purificación" de Ayacucho decide recurrir como último recurso a un mito popular para mostrarlo como propio: Iris, una mujer desequilibrada que pone huevos milagrosos en el prostíbulo del pueblo. El Monseñor Betancourt deberá acudir a la mismísima madame del burdel, la astuta Mónica Tiraboschi para pedirle su milagro y salvar así la iglesia de Ayacucho.

“La Ponedora un delicioso delirio organizado. Ana Lucia Rodriguez expone y muy acertadamente la teatralidad que existe siempre en cualquier acto religioso, en las misas, en los milagros, en las ceremonias. Estos actos con vestuario y texto incluido puestos así en escena se muestran en todo su esplendor. La propuesta de Rodríguez no busca ser una copia de la realidad. Los cuerpos se vuelven dóciles y se prestan para El juego. Punto. Hay caídas exageradas, gritos, confusión y mucha, pero mucha parodia de la buena. Esa que deja Claro que el teatro, en ocasiones, no tiene que detenerse en copiar a la realidad” MUY BUENA Jazmín Carbonell. La Nación

“La obra apela al sentido del humor con personajes muy bien delineados. Para hacer una feroz crítica social, principalmente a las instituciones.” Sandra Comisso. Clarín

“contando una parodia de la que podría ser tranquilamente nuestra realidad actual. Esta es una propuesta que se evidencia muy fuerte en la puesta en escena y en la intención narrativa”. FARSA MAG

“realmente muy bueno, no solamente Muy significativo, sino además muy divertido” Jorge Dubatti. Que vuelvan las ideas.

“El armazón de la obra vela por un ridículo construido al detalle, donde cada elemento, sea del guión o de la puesta, nos tensa entre la carcajada y la reflexión.” Laura Vaillard. Vida surrealista.

“El suceso del off, una pieza sin fisuras ni lugar para el aburrimiento, una destacada comedia.” Gustavo Martín Scuderi. Red teatral.