Medea

Jasón, esposo de Medea, abándona a esta para unirse en matrimonio con Glauce, hija del rey Creonte de Corinto, ante el espanto de Medea, que ve su lecho deshonrado.
Creonte, ante el temor de que Medea se vengue con su hija, ordena su destierro inmediato.
Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al destierro. Ese plazo lo aprovechará para entregarle unos presentes a Glauce: una corona de oro y un velo que le causarán la muerte al ponérselos.
Y tras realizar este crimen, cometerá otro peor: matar a sus propios hijos para causarle el mayor de los sufrimientos a su esposo Jasón.