No le tengo envidia a los hombres, Dr. Freud

Este desdibujamiento en el "ser mujer" le impide hacer bien sus elecciones y "ver más allá " como parte de su esencia femenina, por eso hoy en día se le escucha cada vez más frases como: "ya no hay hombres ", "hombres eran los de antes ", "se me pegan todos", etc.

Las mujeres tenemos esta gran contradicción y tenemos un doble discurso: por un lado al hombre "lo vamos corriendo" y por el otro "lo queremos cerca de vuelta".

Las mujeres nos estamos equivocando cada vez más en distintos planos, sobre todo en el sentimental.

De hecho, las mujeres podemos tener la capacidad de multiplicarnos: podemos estar simultáneamente peinándonos, pensando en todos los integrantes de nuestra familia y en la reunión de directorio con el celular en la mano.
A pesar de todos nuestros logros no debemos perder la "sensibilidad de ver" todo lo que nos acontece. No debemos enojarnos cuando nos dicen que hombres y mujeres son diferentes, porque en realidad lo somos ¡viva la diferencia! Lejos de renegar de ésta esencia femenina debemos reivindicarla. Tenemos diferencias y eso es lo que nos atraía del hombre. La igualdad que queremos lograr es ficticia porque de esta forma cada vez tenemos más obligaciones con menos derechos.

Ni "fundamentalismo feminista", ni "justificaciones conciliatorias para el machismo", sino legítimo orgullo de ser mujer.

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