Un festín en mi cabeza

“Me volvía a la gran ciudad y en la terminal de ómnibus me dice: no me pidas que te bese, vos y yo, ya no somos nada”.

La única alternativa para transformar el dolor es volverlo un espectáculo. Un festín en mi cabeza es la catarsis más sincera de una mujer a la que acaban de dejar. Una mujer que acciona, se expone, explota, transgrede sus propios límites y se busca en todo eso que ya no es y que no volverá a ser.

Con intervenciones audiovisuales, con música en vivo y la representación del amor en un oso de peluche que cobra vida, ella hace de su mundo emocional una fiesta explosiva.

"Schiavoni: Un dolor desacatado y áspero como felpa de juguete viejo. Enamorarse en el siglo XXI, facebook, twiter, instagram son algunos de los compañeros de Ella, Cochi, - Interpretada de un modo provocador y emocionante por Lucrecia Aguirre-quien no deja de recurrir a éstos para alimentar su neurosis. ¿Qué sucede con ese amor ya concluido cuando vivimos adjuntados, así, pegados con un velcro al whatsapp?¿Logramos concluir? ¿De qué se trata acaso? Cochi postea: Estoy muy feliz. Cochi siente: nunca estuve peor." Rocío Rodríguez Planes (dramaturga y directora).

"Una dramaturgia picante, picantísima, bien al límite, e incluso, muy sarcásticamente llevada varios pasos más allá del límite (conservadores y moralinas, abstenerse; ortodoxos y tragahostias, a pelarse). Un texto que nos advierte en qué 'cosa' se puede transformar una persona cuando una relación se termina. El amor perdido que encuentra su perdición. Las ilusiones pasadas son desechos que hoy abrazan dolores futuros" Por "El Mordáz", escritor.

"El gran mérito de esta suerte de unipersonal, es la puesta que Schiavoni lleva a escena, llevando a su personaje por tres espacios, que de?nen un poco el estado emotivo/mental que atraviesa en ese instante. Espacios que no esconden la teatralidad, como sin dudas se tratara de un festín cerebral." Por Rodolfo G. Weisskirch, crítico teatral para Quiero a mi país.