Dejarse herir

Un torero revee su vida en los últimos instantes antes de morir. Un amor no correspondido, el mandato paterno que lo llevó a elegir su vocación, imágenes vinculadas con el arte de matar lo acompañan antes de exhalar su último suspiro.

Procesión de San Fermín. Caídas, pesuñas, tablado flamenco. Estatuilla del santo rodeada de bailadoras encabezando la marcha. Cantos camino a la plaza de toreros. El olor a sangre persiste. Acaba de terminar la corrida, y Antonio Castillo Navarra tiene un agujero en el pecho. El rumor se expande, la turba camina a ver su herida por la que pasa el aire y se dice que puede verse a través de ella pasado, presente y futuro.