Los arboles mueren de pie

Un nieto criado por sus abuelos ante la muerte por accidente de los padres, comienza a delinquir al llegar a la adolescencia. Por no soportar recriminaciones, abandona el hogar, huyendo como polizón al Canadá. La ausencia va deteriorando la salud de la abuela, por ello el abuelo comienza a enviar cartas, como si fuera el nieto, creando la ilusión de un regreso. Y mientras las cartas van llegando con los progresos del nieto hasta convertirlo en un brillante ingeniero casado, el verdadero nieto sigue el camino del delito
La abuela va construyendo su esperanza al ritmo de las cartas. Veinte años después el nieto anuncia el regreso en un barco que naufraga sin sobrevivientes. La noticia del naufragio se le oculta a la abuela, pero hay que seguir la farsa para lo cual se necesita personificar al nieto que va a llegar, recurriendo a una pareja de actores, que logran el afecto y la felicidad de la abuela.
Pero el destino tiene otra sorpresa. El verdadero nieto no ha tomado ese barco y reaparece con chantajes y violencia. Y esa abuela sufriente, pero íntegra, que pudo decir “ A ver si sois capaces de soñar algo mejor que vosotros mismos” , toma una decisión no esperada.