Según la directora del montaje: “esto se consigue a través de olores, sabores, sonidos especialmente preparados, silencios,imágenes sugerentes que, en lugar de contar explícitamente, despiertan el imaginario de cada cual y lo conectan con su historia personal, dando a la persona un papel más activo al de mero espectador, puesto que cada visionado será personal y único”.
Además, esta propuesta es muy innovadora en cuanto que está pensada para espacios no convencionales, donde se elimina la diferencia entre la platea y el espacio escénico. En “Cuando los árboles susurran” la compañía propone seguir el curso de una historia a la vez que se recorre literalmente todo el espacio escénico. De este modo, el espectador transita la historia en lugar de sólo verla por lo que vive una verdadera experiencia de inmersión escénica.