El juego de Robin y Marion

Laboratorio Teatro Medieval Profano

de Adam de la Halle (Francia Siglo XIII)

Con el auspicio de la Embajada de Francia en Argentina

No poseemos muchos datos del autor pero sabemos que su padre era magistrado – a ello alude su sobrenombre Le Bouss (el jorobado) -, que vivió en la segunda mitad del siglo XIII, estudió en París y fue clérigo. Cuando el Conde de Artois fue enviado a Nápoles, después de las Vísperas Sicilianas (1282) en auxilio de Carlos de Anjou, Adam lo acompañó y muy posiblemente escribió allí, alrededor de 1283 su “Juego de Robin y Marión”. Respecto de la obra, debemos comenzar por decir que proviene de un subgénero lírico, “la pastorela”del que se conservan unas ciento treinta muestras en francés de fines del siglo XII y comienzos del XIII. El asunto de esas obras consiste en el encuentro de un caballero con una pastora a la que requiere de amores. A veces, ella cede encandilada de regalos, pero otras escapa con la ayuda de un subterfugio o pide ayuda a otros pastores vecinos, de manera que el caballero fracasa en su propósito y hasta algunas veces resulta apaleado. Lo fundamental es el debate amoroso y si bien solo cuatro de las conservadas otorgan el triunfo al seductor, su carácter aristocrático las lleva a menospreciar al rústico. La pieza de Adam de la Halle difiere de dicho modelo, sobre todo por la índole de la protagonista, sin duda la figura de mayor relieve teatral. En efecto, Marión resiste con argumentos certeros las presiones amorosas del caballero y sabe poner en su lugar, a Gautier, cuando éste comete excesos verbales. Ella consigue con la palabra lo que Robin no llega a convertir en acto, amendrentado por los atributos y el empaque del noble. De acción esquemática, precaria, que solo sirve de apoyatura a las escenas de danza, canto o juegos acrobáticos, tan propio de la comedia, esta pieza conserva en parte el tono de la pastoral idílica, pero le añade un cierto verdor , una frescura primitiva , una ingenuidad sin afectación, pero también sin malicia, cuyo secreto no se volverá a hallar hasta mucho después.