"El primer y único espectáculo revisado y corregido en vivo en la historia del mundo."
El señor Bergman y Dios toma poéticamente la figura del director sueco Ingmar Bergman e imagina la situación ficcional de una fiesta de cumpleaños en la isla donde vive, acompañado de mujeres que tienen o han tenido que ver en su vida y en su obra, y que le ofrecen una especie de fiesta sorpresa, representando lo que llaman "una visita guiada" por los últimos días de su vida; descubrimos, entonces, que el señor Bergman está muerto. Fiesta de cumpleaños y velatorio coexisten en esa imagen poética del creador y su relación con su obra, con el amor y la sexualidad, y, por último y definitivamente, con Dios.
La multiplicidad de realidades simultáneas, presentadas en diversas perspectivas y grados de preponderancia, deviene un sistema significante por sí solo, ya que la única opinión que el director/dramaturgo pretende, si se quiere, expresar, es justamente el principio (hermético en la Antigüedad, cuántico en nuestros días) de que la realidad es todo lo que hay en una larga escala de grados/planos entre lo mencionado como realidad (los actores mismos frente al público, el público frente al público y a los actores, ese preciso día, etc.) y la ficción medular (el mundo poético, imaginario, de, en este caso, las mujeres de Bergman celebrando su cumpleaños y organizando su velatorio.)
Primer Premio Concurso Obras Inéditas del Fondo Nacional de las Artes 1996. Jurado integrado por Gerardo Fernández, Mauricio Kartun y Rubén Szuchmacher.
Presentada por primera vez en 1999 en Casa de América de Madrid, en formato de lectura dramatizada, con dirección de Luis Miguel González Cruz, dentro del Ciclo Nuevos Autores Argentinos.
Estrenada en 2000 en el Teatro San Martín de Buenos Aires, con dirección de Roberto Castro.
Publicada en Teatro XXI, Revista del GETEA nº 17, primavera 2003, Buenos Aires.
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