Hace cincuenta años y unos pocos días (fue el 17 de diciembre de 1951), debuté profesionalmente en el teatro con un trabajo actoral, naturalmente olvidable. Desde entonces, muchos cambios ocurrieron en mi vida; pero mi hogar esencial, el domicilio que nunca cambia, sigue siendo siempre el mismo: el escenario. En él y durante medio siglo, actué y dirigí, para él escribí mis obras dramáticas y desde él, las reflexiones teóricas que la tarea me generaba; para él contribuí a formar a varias generaciones de actores y de directores en diversos países y es para él que sigo, obstinadamente y contra viento y marea, orientando a directores y actores desde nuestra área de entrenamiento permanente.
Hoy, en medio de la más grave e impredecible crisis de nuestra nación, contra ese viento paralizante y esa marea que intenta ser aniquilante, pero que, sin embargo, no logran detener nuestra práctica, compartimos con el público, parte de nuestra experiencia del último año, el 2001 de mis cincuenta años en el teatro.
Tanto Verónica Oddó como yo, corresponsables pedagógicos en el equipo del CELCIT, celebramos con este ciclo este aniversario; pero también el hecho de que el teatro, y nosotros en él, siga resistiendo vientos, mareas, agresiones e indiferencias.
Juan Carlos Gené