Dicen que hay un mito azteca sobre un pájaro al que llaman Quetzal. Dicen que es una serpiente emplumada, que hace ya mucho, en el principio de los tiempos, se robó el fuego. Dicen que se lo llevó tan alto que llegó al cielo pero, al mirar abajo, se compadeció de los hombres. Dicen que entonces compartió su tesoro. Dicen que vuela por México, por Guatemala, por Costa Rica y por Panamá. Hace poco lo vieron por nuestras calles. O al menos eso dicen estos cuatro amigos que abrieron el Centro Cultural al que llamaron Quetzal, tras verlo volar por la calle Guatemala.
Quisieron entonces hacerle honor a la serpiente emplumada dándole un espacio donde pueda repartir su fuego, donde suenen instrumentos, donde se oigan cantos, donde se escuchen los tambores, donde se vean imágenes, donde se encuentren las personas, donde se compartan historias. Quisieron que el fuego se sienta en las paredes, en las mesas, en las sillas, en las comidas, en las bebidas. Quisieron que el fuego se haga cultura y que la cultura se haga fuego, quemando al que pasa por allí. Quisieron que el pájaro sobrevuele cada día, que todos lo puedan ver, que todos puedan sentir su tesoro
Quienes formamos parte del Centro Cultural El Quetzal, abrimos nuestras puertas a la música, a las obras de teatro, a las muestras de fotografía y artes plásticas, a los ciclos de cine, al circo y a los malabares. Te invitamos a compartir una comida, unos tragos y porque no algo más entre amigos y nuevos conocidos. Desde este espacio intentamos buscar nuevas experiencias para que disfruten todos aquellos que pasen a conocer El Quetzal, que lo vimos y anda volando por allí. |