Siendo quienes debemos tener las respuestas, nos cruzamos de vereda a preguntarnos exactamente lo mismo. Y nos gusta, claro. Es la única pregunta que nunca queremos dejar de hacernos. Una pregunta móvil a la que le siguen otras tantas ¿Quiénes fuimos? ¿Quiénes queremos ser? ¿Qué seremos mañana? ¿Qué seremos después? Ante la pregunta ¿Quiénes somos? no hay respuesta sempiterna salvo, quizás, una: somos lo que queramos ser.

Eso metamórfico que tiene Brandon deviene de su carácter de Asociación Civil y cultural, y solo una de sus aristas es la casita multiforme que todos conocen. Brandon, en realidad, es un equipo de personas que puede – desde lo afectivo pero también desde lo formal – crear y apoyar un sinfín de proyectos e iniciativas. Es una identidad constituida, posible y motorizante: un centro cultural, una galería, una web, redes sociales, eventos, alianzas, una biblioteca, una productora, una editorial, un punto de despegue y contención, lo presencial y lo virtual. Es un club.

Brandon por la Igualdad/Equidad de Derechos y Oportunidades Asociación Civil y Cultural, toma al arte y sus manifestaciones como fundamento de su activismo (ARTIVISMO) y la cultura como un potente hecho político capaz de promover una sociedad más justa e igualitaria. Si bien Argentina es pionera respecto a la promulgación de algunos derechos para la comunidad LGBTTIQ+, el reto de Brandon es trabajar por la ejecución real de esos derechos en sociedad y la transformación profunda del imaginario común en terreno fértil y amable para su ejercicio.

Nuestra Sede (CasaBrandon) – ese corazón con techo en pleno Villa Crespo – ha sabido servir como refugio para la organización y promoción de actividades que, en razón de su orientación sexual, género, color, etnia, raza, edad, religión, lengua, opinión política o de cualquier otra índole, tengan dificultades para su exhibición en los canales tradicionales de difusión. Pretende ser un espacio para la búsqueda y la afirmación de la identidad y la libertad, la casa de les amigues, la casa propia.

Brandon, como identidad, nació en el año 2000 de las ganas de un grupo de amigues empeñades en cambiar el cotidiano LGBTTIQ+. Un cotidiano áspero, acostumbrado a saber solo cuando pregunta, medio under, lleno de estereotipos, con ese aire de prohibido que – visto en retrospectiva – se parece muy poco a lo que un colectivo de minorías preñadas de otras minorías necesita para deconstruirse y construirse de otro modo. Tantos años y experiencias después, la lucha activista y militante, social y artística, cultural e intelectual, amorosa pero enojada, tiene este lugar de convergencia cotidiana en el que todes pueden visibilizar el orgullo de ser todo lo que se es.

Desde hace 18 años, la sede física ha albergado artistes, productorxs, gestorxs culturales, intelectuales, profesionales del circuito independiente y a todo aquel que quiera ser parte de la mística Brandon. Con una capacidad para 120 personas y todas el equipamiento técnico para el desarrollo de actividades artísticas, ha sido testigo de música en vivo, lecturas de poesía, exposiciones de arte, presentaciones de libros, mesas, charlas, proyecciones de cine/video, teatro, danza, performance, festivales y ferias. Desde 2011, todo esto que venía ocurriendo desde la noble intención de multiplicar voces, fue declarado “de Interés Social, Cultural y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos” por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Durante estos añon incontables las alianzas que hemos construído. Todo lo que ha ocurrido puertas adentro y todo lo que se ha hecho desde la apropiación de otros espacios, nos ha vuelto lo que hoy somos. Hemos sido parte de o trabajado con grandes referentes LGBTTIQ+: Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo LGBTIQ, Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (con quienes redactamos y militamos la Ley de Centros Culturales aprobada en 2016), Cámara de Clubes de Música en Vivo, Fm La Tribu, Red Nosotras en el Mundo, Futurock, “100% Diversidad y Derechos”, Comunidad Homosexual Argentina (CHA), Federación Argentina LGBTIQ, Susy Shock, Lohana Berkins, Marlene Wayar, Diana Sacayán, Effy Mia. Eso: incontables.
Tenemos suerte, somos muches, estamos unides aún en las más profundas divergencias y, desde ahí, nos plantamos para luchar por todos los flancos posibles, para conseguir que el Estado nos responda, para alzar la voz cuando sea necesario, para ser batalla y tregua, para cuestionarnos, contradecirnos y encontrarnos. Tenemos consciencia de nuestro rol: hemos conseguido tener incidencia social y política. Eso es un arma. Un arma de construcción masiva.

Hoy, en una época particularmente difícil para todes, seguimos trabajando y construyendo. Atrincherados descansamos, planeamos, y a contramano de un panorama gris, nos crecemos y avanzamos. Esto es un camino infinito e imperecedero que, desde el barrio de Villa Crespo y brindando con los nuestros, se transita con testaruda alegría.

El correo electrónico está lleno de propuestas, el equipo organiza, su fundadora (Lisa Kerner) articula y se pregunta – cada vez – qué diría Jorgelina (su compañera/socia fundadora de este viaje que es Brandon) si estuviera con nosotrxs.

“¿Vieron los gemelos fantásticos?”, pregunta Lisa. Sí. Y bajo el amparo superpoderoso del amor y de la historia compartida, una banda amorosa y dispuesta a trabajar sin parar, va a transformarse en cada cosa que nos haga sentir mejores y más libres.

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