José María Muscari estrenó en el 2006 Piel de chancho. En esa ocasión, el espectáculo contó con la actuación de María Aurelia Bisutti (diva de teléfono blanco, objeto kitsch de adoración) en el personaje de Nana, la abuela que recién operada y vendada tipo momia, convivía (como podía) con su hija y nieta. Un rasgo -entre otros- del teatro muscariano es valerse de: "un límite difuso entre el actor que hace el rol y el rol. Muchas veces es poco discernible si es un rol que fue escrito para el actor que lo hace o si es un actor que, de golpe, sube al escenario y empieza a decir unos textos que le corresponden a otro o podrían ser de él". Así lo explica el mismo Muscari en una entrevista realizada para el libro: Teatro. José María Muscari.
Fuego entre mujeres es una nueva versión de ese texto. Es la primera vez que Muscari realiza esta experiencia: "Es, un poco, reconstruir lo hecho, pero con una nueva perspectiva", dice. La obra fue reescrita en los ensayos, mientras trabajaba con estos nuevos materiales humanos tan particulares: Irma Roy en el papel de Nana, la abuela recién operada con injertos de piel de chancho, Dalma Maradona que interpreta a Luisa, la nieta adolescente que sufre anorexia, y Mónica Salvador en el papel de Ingrid, madre de Luisa e hija de Nana, una mujer independiente que aún no se decide por desnudar ante su familia su cambio de orientación sexual. "A Mónica la vi en su unipersonal: Como tener sexo toda tu vida con la misma persona. Me pareció que tenía una teatralidad que le quedaría bien a mi teatro. Irma Roy es un ícono de la televisión y del teatro, y a pesar de que siempre la vi actuar ‘de linda', pensé que situarla en un rol tan estropeado podría resultar un gran desafío. Dalma era una gran apuesta y creo que en teatro éste es el primer trabajo que la ubicó en un lugar más comprometido, tanto emocional como físicamente", comenta el director.
La nueva versión de la obra y la elección de este elenco que saca chispas al escenario del teatro Petit Tabarís se traducen en la solidez del director en su dirección de las actrices, desde la perspectiva de este juego entre persona y personaje, (personajes atravesados por la parodia). Muscari saca las mejores características de cada una de las intérpretes. Un ornamento kitsch ("muy kitsch dolorosa", en palabras de Muscari) en la escenografía, iluminación y objetos configuran el departamento donde transcurre la acción que tiene como hilo conductor escénico y metafórico a la figura de Sandro como protagonista. Las tres mujeres -aún con sus diferencias generacionales- son fieles fanáticas a su figura y a su arte. Al calor de Sandro se inunda la escena con fotos, con canciones como Dame fuego, Rosa Rosa, Quiero llenarme de ti, Así (que tienen la función, a la vez, de ser separadores de escenas a través de coreografías o movimientos escénicos a cargo de las actrices) y con películas emblemáticas, que se pasan en un ciclo conmemorativo por el canal Volver y que se encienden en un pequeño televisor en este living de una clase media en decadencia.
Otra de las características que Muscari ya viene remarcando en sus obras -y que aquí explota- es la forma de hablar de los personajes: cada una se las ingenia para darle a la otra donde más le duele (un golpe bien bajo). Las chicas se insultan de lo lindo sin pudor. Todas tienen algún tipo de adicción. Entre las adicciones que parecen poner más en riesgo sus vidas -no cabe duda- se encuentra la piromaniaca. Como en varios otros trabajos de Muscari, aquí también los personajes están atravesados por el consumo y la publicidad. Esto se ve en las referencias que hay en su lenguaje a marcas como "hojas cuadriculadas Gloria, no Rivadavia", "cigarrillos Jockey 120", "Tienda Los Amigos", "Gatorade" o "Faber Castell". La violencia verbal como forma naturalizada de comunicación en las familias también se amplifica y se podría decir que es una marca más del teatro de Muscari: "¡Cagona! ¡Cerda pedorra!", le dice la nieta a su abuela. "A vos te voy a tirar al Riachuelo, pero sin escafandra, basura humana", le contesta Ingrid a Nana. "Che, no es para tanto. Es la edad. Está en rebelión la guachita... Quiere llamar la atención la turra...", habla acerca de su nieta la Nana. Todos estos usos del lenguaje precisan de un estudio sobre modos de pensar, comunicarse y accionar propios de las secuelas del post menemismo y una reflexión sobre el lugar de las clases sociales (¿imaginario o real?) en función del detrimento de su lenguaje.
Momento Muscari
José María se encuentra en su plenitud como artista y al respecto cuenta: "Estoy en un momento de pura felicidad. Hago lo que se me canta. Soy feliz. Me importa poco qué piensa el medio teatral de mí. Soy todo lo profundo y frívolo que puedo ser a la vez. Ése es mi encanto y mi contradicción. Me falta adoptar hijos y sería plenamente feliz, pero ya lo lograré, no estoy tan lejos". El año lo sorprendió con el éxito de este espectáculo. Y José va por más (ya sabemos que es muy inquieto): en abril estrena El anatomista, de Federico Andahazi, en el Teatro Regina; en Chile estrena, con elenco chileno, En la cama; en mayo debuta como actor en el circuito comercial con Pirañas, versión local de Speed the plow, de David Mamet (obra que interpretó Madonna) bajo la dirección de Marcelo Cosentino; en julio estrena Feizbuk en el Konex. Por otra parte, están en labor de escritura Tres mitades, una obra pensada para Natalia Oreiro sobre la vulnerabilidad del amor; Loba, sobre el universo de la prostitución femenina, y Dureza Extrema, junto a Mariela Asensio, sobre el poder y el maltrato. También Muscari escribe Caperucita Negra junto a Bernardo Cappa, un musical erótico pensado para Luciana Salazar.
La intimidad como espectáculo podría ser el lema de Muscari y no tiene ningún problema en presentarlo. Así escribía el director sobre su manera de relacionarse con su gente, su público y los teatreros. Pasen y vean: "Para saber que piensa día a día Muscari podés visitar su blog personal, porque él piensa algo y lo publica sin dudar, pero ahí no habla de teatro: www.mundomuscari.blogspot.com. Si querés conocer su recorrido artístico, enterate en: http://www.portaldedramaturgos.com.ar/josemariamuscari. Si lo querés contactar, escribile a muscari1@hotmail.com. Él mismo contesta todos y cada uno de sus mails. También lo podés husmear en Facebook bajo el magnético seudónimo de JOSE MARIA MUSCARI. ¡Y ahí además de fotos de ensayos, publica fotos porno-eróticas de sí mismo y expone a todo su entorno a las malicias de la red!". Así que tengan cuidado. Aquí se lo advertimos.